
La mayoría de las veces, al editar nuestras películas no queremos que el público note los cortes. Esto se llama edición de continuidad: una toma sigue a la siguiente de forma fluida y sin interrupciones, sin distraer al espectador de la historia. Pero hay momentos en los que romper esta regla tiene un propósito. Y cuando se hace bien, puede ser igual de efectivo colocar deliberadamente cortes de salto visibles en la escena. ¿Qué son y qué impacto pueden generar? Descubrámoslo.
En la era de los tutoriales de YouTube y las voces en off en los reels de Instagram, los cortes de salto se han vuelto algo cotidiano. Los creadores los usan por razones prácticas: para omitir partes innecesarias del contenido y evitar usar un segundo ángulo de cámara para mejorar la edición. Aunque nos hayamos acostumbrado a esta aplicación, no significa que hayan perdido su capacidad narrativa en el cine y los videos modernos. ¡Así que aquí estamos, desbloqueándolos de nuevo!
Resumen sobre los cortes de salto
En nuestro último curso de MZed, “Introducción a Adobe Premiere Pro”, el cineasta y educador Digby Hogan presenta los cortes de salto como una herramienta de edición para acortar secuencias largas insertando saltos en el tiempo. Como él mismo explica, es útil cuando se desea avanzar en una pieza larga, pero sin perder detalle. En esencia, es precisamente eso: una técnica de montaje para comprimir el tiempo.

Como probablemente sepas (o puedas ver en el curso), esta técnica es bastante sencilla de ejecutar. Utiliza la herramienta Razor en Premiere Pro (o una similar en el software de edición no lineal que prefieras), selecciona un segmento en medio de una toma (o varios) y elimínalo (o los elimina). Luego, pega los bordes de las partes restantes, ¡y listo! Cuanto más cortas sean las partes restantes, más grandes serán los cortes de salto entre ellas. Ahora, dale al botón reproducir. ¿Qué te parece el resultado?
Inconexos, abruptos, directos. Los cortes de salto aportan un nuevo ritmo y energía a la escena, incluso si se trata de un simple viaje en coche. Además, son claramente visibles, revelándole al espectador la naturaleza artificial de la película. No es de extrañar que el legendario cineasta francés Jean-Luc Godard (así como otros artistas de la Nouvelle Vague) apreciara esta técnica por sus cualidades estilísticas y expresionistas, y la popularizara en la década de 1960.
Una breve historia de los cortes de salto
Así que, sí, los cortes de salto no son una tecnología nueva ni mucho menos. Se cuenta que otro innovador cinematográfico francés, Georges Méliès, los inventó accidentalmente. Estaba filmando en una calle cuando pasó un autobús y la cámara se atascó de repente. Georges despejó el atasco y volvió a grabar. Otro vehículo, un coche fúnebre, apareció en la misma posición. Esta coincidencia le brindó una curiosa idea. Al volver a proyectar la película, el corte no planificado creó la ilusión de que el autobús se transformaba mágicamente en un coche fúnebre. Méliès quedó atónito al descubrir los saltos temporales cinematográficos y utilizó esta nueva técnica en sus famosas películas con trucos, mucho antes de que existan los artistas de efectos visuales.
La regla de los 30°
Sin embargo, el efecto de los cortes de salto no es mágico. Al contrario, tiene una explicación fisiológica sencilla que explica por qué siempre los vemos.
Una de las convenciones visuales más conocidas en el cine es la regla de los 30°. El cineasta y educador Kyle Wilamowski la define en el curso de MZed “Fundamentos de la Dirección” de la siguiente manera:
La regla de los 30° es una directriz cinematográfica básica que establece que la cámara debe moverse al menos 30° entre tomas consecutivas del mismo sujeto.

En pocas palabras, si se desea cortar a otra toma en una escena pero manteniendo el mismo tamaño, la diferencia de ángulo entre la posición A y la posición B de la cámara debe ser de al menos 30°. Si no lo es, el cambio no será lo suficientemente sustancial para nosotros y lo experimentaremos como un corte brusco en acción, y no como un punto de vista diferente sobre un evento continuo.
Cortes bruscos como elección estilística
Establecimos que los cortes bruscos son visibles para el público y se sienten como tiempo comprimido. También nos sacan de la historia por un momento y dirigen nuestra atención a la técnica subyacente. ¿Esto significa esto que los cortes bruscos siempre son disruptivos e impactantes?
No. Claro que eso forma parte de su oficio, y algunos cineastas los adoran precisamente por el estilo exaltado que crean (Guy Ritchie entre ellos, por ejemplo). Al mismo tiempo, los cortes bruscos también pueden llenar una escena de una atmósfera poética, porque no resultan realistas. Imagina que sueñas despierto o revives recuerdos. No podemos saltar en el tiempo en la vida real, pero sí damos muchos saltos mentales, ¿verdad?
Este es un ejemplo de la reflexiva obra maestra de Terrence Malick’s, “The Tree of Life.” Experimentamos la historia en el cine a través de recuerdos del pasado, por lo que es natural que algunas escenas se sientan más fragmentadas e impresionistas que lógicas y lineales. Por lo tanto, los cortes bruscos se convierten en un medio orgánico para contar esta historia, y no resultan abruptos o perturbadores. Al contrario, se sienten perfectos (al menos, para mí).
Narración mediante cortes de salto
Como podrás ver, los cortes de salto permiten contar diversas historias. Y, por supuesto, se pueden realizar con una simple decisión en la sala de montaje. Sin embargo, la mayoría de las veces, los cineastas saben exactamente por qué quieren usar esta técnica y planifican coreografías complejas con antelación. Por lo general, los editores crean la apariencia de un corte de salto montando dos tomas separadas, donde la composición de la cámara y el tamaño de la toma no difieren entre sí. Cuando los cortes se utilizan intencionalmente para impulsar la historia, son el resultado de una preproducción meticulosa.
Tomemos como ejemplo la siguiente escena de “”Schindler’s List” de Steven Spielberg (a partir del minuto 01:12). Oscar Schindler entrevista a candidatas que están a punto de convertirse en su nueva secretaria. La cámara permanece en la misma posición y graba toda la escena desde el mismo ángulo. Lo que cambia son las mujeres detrás de la máquina de escribir, el proceso de reconstrucción del fondo (para mostrar el paso del tiempo) y, además, el elemento más importante, la actuación del actor principal cuyo lenguaje corporal nos dice todo lo que necesitamos saber. Una hermosa pieza narrativa, donde las palabras no hacen falta.
Cámaras de salto para un impacto emocional
Otro efecto que esta técnica puede crear en nosotros, los espectadores, es ayudarnos a entrar en la mente del personaje y apoyar las emociones en la actuación. Debido a la naturaleza “saltada” de una cámara de salto (perdón por el juego de palabras), esta herramienta es útil principalmente en escenas frenéticas, donde alguien está en pánico o estresado. Un gran ejemplo es el siguiente monólogo de Leonardo DiCaprio en “Once Upon a Time… in Hollywood:”
¿Qué sentimientos y reacciones te evocaron los cortes? ¿Qué sugirieron sobre el estado mental del personaje? Que está agitado, hablando solo, incapaz de concentrarse, saltando de una conclusión a otra, con sus pensamientos fuera de control. Es inquietante, ¿no?
Al mismo tiempo, un corte de salto puede ser muy pequeño y sutil (solo se introduce una vez en una escena y con solo unos pocos fotogramas perdidos), pero el impacto puede ser devastador. Por ejemplo, en una escena de “Dune: Part One”, donde Paul vuelve a la realidad tras sus visiones (a partir del minuto 03:14):
Morphs como alternativa a los cortes de salto
Lo que los cortes de salto no pueden hacer (y, para ser sinceros, no deberían) es acelerar la interpretación de un actor disimulando pausas largas o pequeñas reacciones inadecuadas. Para ello, a veces necesitamos los llamados efectos ópticos: pequeños y simples como ampliaciones, reencuadres, cambios de velocidad, saltos de pantalla y morphs.
Sin embargo, como nos recuerda el reconocido editor Tom Cross en su curso de MZed “El Arte y la Técnica del Montaje Cinematográfico”, estos efectos deben usarse con extrema precaución y con un propósito, no al azar. Especialmente cuando hablamos de morphs, que son la forma perfecta e invisible de fusionar dos imágenes, donde la precisión es fundamental ya que el público no debería notar el efecto.
Eso es lo que hace que los morphs sean particularmente difíciles. ¿Por qué? Porque en un primer plano, el rostro nos invita a observar los detalles. Puedes observar este efecto tú mismo al invertir la dirección de una toma. Algunos actores se vuelven completamente grotescos (Ryan Gosling en “The First Man”, en el ejemplo de Tom) e incluso irreconocibles. Por lo tanto, si necesitas hacer un morph en un primer plano, debes tener mucho cuidado y buscar la ayuda de artistas de efectos visuales. En palabras de Tom Cross, a veces no podrán hacer lo que quieres, pero puede que tengan una solución diferente para tu problema.
Tus cortes de salto favoritos
Los cortes de salto no son solo una forma fácil de corregir errores de edición en los tutoriales de YouTube; Pueden ser mucho más: el paso del tiempo, una elección estilística, un plus de energía, un estado emocional exaltado, una técnica expresionista impactante, recuerdos oníricos e irreales, y una herramienta para crear una transición mágica entre realidades. Es decir, si se usan con intención y comprensión, ¡pueden producir piezas hermosas!
¿Cuál es tu forma favorita de usar los cortes de salto? ¿Tienes otros grandes ejemplos cinematográficos en mente que revelen su poder narrativo? ¡Cuéntanos en los comentarios!
Fuente de la imagen principal: fotogramas de la película “Once Upon a Time… in Hollywood” de Quentin Tarantino, 2019.
Aclaración: MZed es propiedad de CineD.